martes, 16 de septiembre de 2014

Conozcan al realista

Esperen ¿leyeron la basura obstinada de ayer?

¿Quién es ese Mr. Money Mustache? El tipo cree que tiene todo resuelto y está tratando de ofrecer consejos financieros ¿o es sólo desprecio financiero a aquellos menos afortunados que él? Seguro, tal vez tú puedas tener un retiro temprano si naciste en una familia frugal, obtienes una buena educación y nunca cometes errores ¿Pero qué con el resto de nosotros? ¿Hay acaso laguna esperanza?

Mi nombre es El Realista. Estoy contribuyendo a este blog para añadir alguna perspectiva al idealismo duro de este "Mr.Money Mustache" (¿de cualquier manera quién necesita un nombre pegajoso y falso como ese?)

Entonces, la vida es difícil en el mundo moderno. Cambios rápidos en el entorno de los negocios significa frecuentes despidos y dificultad para mantener un trabajo estable. La inflación en el cuidado de la salud significa que gastamos más de nuestros pequeños cheques en gastos médicos cada año. Los precios de la gasolina son más caros de lo que solían ser, y así con otros gastos como la comida, el cuidado de los niños y la educación.

Mientras algunas personas logran salir adelante otras van a la bancarrota. ¿Todo es cosa de suerte,  o hay algo que podamos hacer para vencer las probabilidades nosotros mismos? Como el realista, voy a intervenir para presentarte pequeños pero poderosos pasos que te ayudarán a salir adelante. A veces hay una delgada línea entre solvencia financiera y la bancarrota.

¿Qué tan delgada? ¿Qué tal $5 por mes?

He aquí tu lección del día: Digamos que está usted rompiendo o incluso pagando todas sus cuentas, gastando $500 al mes en cosas básicas con su tarjeta de crédito la cual paga totalmente cada mes sin intereses, pero no le queda un sólo centavo para ahorrar.

Entonces un McDondld's abre cerca de la oficina donde usted trabaja y usted comienza a comprar su comida una vez al mes en lugar de llevarlo en su bolsita café. De repente, ya no tienes suficiente para pagar la cuenta mensual de la tarjeta de crédito, así que comienza a formarse un pequeño saldo.


  • Mes #1: hay un balance de $505 y tú pagas $500
  • Mes #2: Te cargan los intereses de los $505 completos del primer mes al 17% ($7.15) más el déficit extra ($5) – Quedas corto por $12.17
  • Mes #3: Los intereses sobre $512.17 ($7.26) más el déficit de este mes ($5) – Ahora estás corto por $24
Ah, una hamburguesa al mes, $24 luego de 3 meses. No es malo, ¿o sí? SÍ LO ES.

Luego de 10 años, tienes una deuda en tu crédito de $4,282.69. Si no lo podías pagar cuando era de $505, las cosas de ven mucho más difíciles ahora.

Y eso es por $5 al mes. ¿Imaginas a alguien tan gastalón que fue al McDonald's una vez al día?

Esa persona estaría en deuda de $50,707 después de 10 años.

Wow, eso es verdaderamente extremo. Entonces, las lecciones del día son:

NUNCA dejes una tarjeta de crédito sin pagar el saldo completo ni siquiera un mes– porque te cargarán los intereses de todas tus compras del mes completo incluso si sólo quedaste abajo del pago por unos cuantos dólares.

–Hay una pequeña línea entre permanecer a flote y ahogarte, incluso en un pequeño periodo como 10 años. Entiende esto y todas esas historias de gente que va a la bancarrota comienzan a tener sentido. ¡Pero también hay una línea delgada entre mantenerse a flote y elevarse rápidamente para volverse muy rico! ¿Qué si la persona incluso encuentra una forma de ahorrar $10 al día en lugar de gastar $5 por encima de lo que puede ganar al mes?

sábado, 20 de julio de 2013

Frugalidad: el nuevo lujo

Crecí en una familia de bastante bajo perfil, financieramente hablando. Siempre tuvimos suficiente dinero para el gasto diario y mis padres nunca estuvieron endeudados, pero si fuiste uno de los Joneses viviendo en la calle de con nosotros un poco más abajo, te metías en apuros para notar algún gasto ostentoso.

Este aprendizaje ocurrió en un pueblo bastante pequeño (destacamos apenas nuestra segunda vez más o menos por el tiempo en que llegué a la preparatoria), y no había tanta riqueza para presumir por ahí. Lo más cercano a riqueza era una chica guapa de mi clase llamada Kim quien conducía el Cougar Mercury 1992 nuevecito de sus padres a la prepa todos los días.

Este pueblo se localizaba en otro país, el que se llama “Canadá”, y éramos conocidos por ese tiempo por ser menos ricos y ostentosos que nuestros vecinos al sur. Tipos robustos con grandes barbas y camisa a cuadros, tú sabes.

Y finalmente, todo esto pasó hace más de veinte años, en un tiempo en que todos nosotros teníamos una vida más simple y menos  ostentosa. Los verdaderamente primeros celulares —los que estaban atados con un cordón bobinado a una base tan grande como una batería de carro— eran sólo cosas para observar con curiosidad y costaban $1999 en la última página del catálogo de Radio Shack.

Aun en la universidad yo estaba muy poco consciente de la riqueza. Nosotros los ingenieros nos distinguimos por nuestra falta de habilidad de alarde de dinero (y detección de estatus), entonces yo pensaba en todos nosotros como iguales. Había un par de niños raros que tenían caras bicicletas de montaña o computadoras laptop por ese tiempo, pero la mayoría, pagábamos nuestra propia matrícula y vivíamos en departamentos económicos.

Aquí que la mayor parte de mi vida temprana, ni siquiera estuve consciente de que el dinero era algo que se podía presumir a los demás. Creía que era una herramienta para comprar tus cosas de la tienda, o si tus padres lo hacían bien, una alberca en el jardín trasero.

Creo que tuve mi primera experiencia de ostentación justo después de graduarme y comenzar a trabajar de tiempo completo en el campo del software. Algunos amigos y yo fuimos en un viaje de verano a la playa “Sherkston”, una versión canadiense de bajo presupuesto de lo que llaman “Spin Break” aquí en USA.
Cervezas en mano, caminamos por la costa para unirnos a la fiesta. Noté esa larga línea de muy limpios y brillantes autos que estaban estacionados a lo largo de la línea, y cada uno tocaba algún tipo de música bailable boo-tss-boo-tss de algún modelo moderno de sistema estéreo. Los propietarios de los carros, invariablemente tipos de torso desnudo y bronceado con lentes de sol caros, puntas de cabello congeladas y sus pequeños músculos cuidadosamente flexionados estaban caminando ocupadamente alrededor de sus autos, tendiendo a esto o aquello, ajustando sus heladeras de cerveza o puliendo sus pelotas de vóley bol o de alguna manera manteniéndose ocupados.

“¿Qué sucede aquí?” Fue lo primero que me pregunté “¿Por qué esos carros están tan limpios? ¿Por qué están tan acicalados en un viaje de acampar?”

“Oh… creo que lo tengo… están intentando mostrar su riqueza para beneficiarse de las bellas damas que nos rodean.”

Toda la escena se veía un poco divertida impulsada por la evolución, como el complejo baile de cortejo de ave en Madagascar que a David Attenbrough le gusta enseñarte:


En ese tiempo yo estaba ya en mi primer trabajo de ingeniería, probablemente estaba yo haciendo más dinero que cualquiera de los muchachos pájaros danzantes. Y tenía un mejor carro, aún no había aprendido lo tonto de este tipo de compras. Recuerdo a mi carro, lleno de polvo y estacionado a un lado de mi tienda de acampar, consiguiendo un poco de atención positiva de las damas… y admito que se sentía bastante bien entonces.

Ya mayor y habiéndome mudado a los Estados Unidos, de alguna manera todo había mejorado un poco, casualmente vi un lote de autos lleno con carros más lujosos que cualquier cosa que hubiera conocido en toda mi infancia. Aprendí acerca de los vecindarios donde la gente habla acerca de la riqueza de los demás y aún obligan a hacer jardinería y pintar las casas para “preservar el valor de sus propiedades”. Escuché acerca de “Membresías para el club de golf”, un concepto bizarro donde pagas miles de dólares por adelantado, por el privilegio de jugar, y cientos de dólares adicionales cada que juegas golf en ciertos campos. Y aprendí que la gente considera prestigioso gastar dinero en estas cosas caras, más aún consideran una privación llevar una vida que no incluya estas cosas costosas.

Cuando los recién llegados tropiezan con el blog de Mr. Money Mustache, se emocionan inmediatamente por la idea de retiro temprano y una vida completa de libertad. Pero se desaniman inmediatamente cuando se enteran que para lograr esta libertad, necesitan  gastar mucho menos dinero del que ganan, durante varios años.
“¡Maldición!” dicen. “Quiero la recompensa, pero no quiero las privaciones y las batallas que toma conseguirla ¡Seré visto como un perdedor por mis amigos si se me ocurriera adoptar ese tipo de frugalidad!”
Bien ¿adivina qué? Puedes dejar tus miedos de verte como un perdedor, porque las cosas han cambiado. Si no has oído la palabra, aquí está: Frugalidad es la nueva admiración.

Permítanme explicarlo, para aquellos que aún no se convencen.

En la antigüedad, los tiempos eran más difíciles. Muchos de nosotros batallábamos para mantener comida en la mesa y para evitar que el agua se colara por nuestros techos. El sistema económico era simple, basado en hojas de papel en bóvedas de banco y carpetas de archivo, y monedas de oro. El sistema de crédito estaba en la infancia así que el tipo promedio no podía solo ir a pedir dinero prestado y comprar cualquier cosa que quisiera.

En estas condiciones, se requerían habilidades reales para salir adelante. Un hombre debía realmente dominar el sistema para sacarse a sí mismo de la pobreza. Esto significaba dominar conceptos financieros, entendiendo las emociones de sus semejantes para crecer hasta una posición de liderazgo, y aún conquistar sus propios miedos y letargo para evitar la tentación de sentarse en casa y no hacer nada durante todo el día.

Sólo después de dominar estas tareas, podía alguien comenzar con un negocio exitoso o ganar una promoción arriba de la actual, y sólo a ese punto podía tener suficiente dinero para comprar una casa ostentosa, o arte costoso, o joyería, o cualquier símbolo de estatus que hubiera por entonces.

Entonces cuando el hombre exitoso de antaño caminaba por la calle con estas muestras de éxito, podía deducir razonablemente que él era realmente todo un señor. Por supuesto, si después él trasmitía su riqueza a niños que pudieran ostentar la riqueza sin haberla ganado, su propio prestigio se diluiría. Por un momento, vamos a imaginar cuando una buena parte de la riqueza norteamericana de principios del siglo XX se hizo de esta manera. Por esta causa, mostrar tu riqueza era una señal de estatus, lo cual probaba que habías tomado el camino difícil y tenido éxito.

Ahora avancemos al presente. Todo es asombroso —todos tenemos computadoras con pantalla táctil en nuestros bolsillos que pueden escuchar nuestras voces y contestarnos, mientras accedemos al conocimiento de toda la humanidad por medio de ondas de radio. Poseemos autos que nos pueden disparar a través del país en la comodidad de un clima controlado, y son tan baratos como para que los compren adolescentes con salario mínimo. Y más significativo, el crédito está tan disponible que cualquiera con ritmo cardíaco puede firmar por decenas de dólares en deuda. Puedes comprar cualquier cosa que quieras, aún si no tienes dinero en absoluto. La gente compra casas con 80% de hipoteca y una segunda hipoteca por el otro 20%, y los carros se compran sin soltar un solo dólar también. Y casi cualquier persona lo hace.

En este ambiente, el camino fácil es hacer lo que todos los demás están haciendo. Ves un anuncio de una iPad, o de una Chevrolet Traverse y te emocionas por el poder y la elegancia. No tienes dinero, pero gracias al anuncio y la presión de tus amigos te llenas de deseo. Así que pasas una tarjeta o firmas algún papel y ahora también posees tu capricho.

A todo el mundo le gusta salir por sushi las noches de los viernes y comprar un par de botellas de Kirian y Sake para acompañarlo. Ríen y pasan un gran momento para recordar. No se preocupan de no ser dueños de sus casas ni que andan en autos fiados “¡Esta socialización es importante!”, ellos racionalizan “¡Y este sushi es extremadamente rico!” Tú quieres participar también. Te conduces hacia el restaurante en tu auto fiado y vives “la buena vida”.

Puede ser agradable consentir estas cosas, y seguro es fácil. Pero hay otro camino disponible: el más difícil.
Cierta gente extraña vive en la misma sociedad, y trabaja en los mismos trabajos como la gente arriba descrita. Pero son un poco mejores en matemáticas, y ellos pueden pensar un poco más allá hacia el futuro. Ven que el dinero es útil para gastar, pero es aún más útil como herramienta para ganar dinero. Así que se entrenan a sí mismos para dominar las finanzas, y trabajar duro, y en autodisciplina. Y se las ingenian para tener tanta diversión como los grandes derrochadores, mientras se aseguran de hacerlo en una forma que les permita guardar al menos de 50 a 70% de sus ganancias. Está probado que esa gente puede alcanzar o exceder los niveles de felicidad que el grupo más derrochador. La única diferencia es que ellos son capaces de gastar menos.

Por principio de todo, las investigaciones muestran que los derrochadores están de hecho consumiendo demasiado de los recursos del mundo. Las reservas de petróleo, las capas de hielo y los ecosistemas están recibiendo un gran golpe. Los derrochadores se niegan a creer esto, atándose e cualquier información que les justifique continuar con su estilo de vida. Las compañías que les proveen están demasiado felices como para proporcionarles esta información. Sólo aquellos con la habilidad de entender la información científica son capaces de ver a través de la niebla.

En esta situación ¿cuál grupo es el gran señor, el más preparado, y el que merece más el estatus social? ¿Los derrochadores o los ahorradores?

¿Ves? La frugalidad es, obviamente, la nueva admiración. La única razón para mantenerse en un estilo de vida no frugal después de toda esta evidencia, es si eres demasiado obstinado y estúpido para aceptarlo ¿Continuarás peleando contra la frugalidad, para mostrarle al mundo lo obstinado y estúpido que eres? ¿O serás tan endemoniadamente sabio para justo desde ahora comenzar a mostrar tu mejor lado?
La única cosa que ha perdido del mundo de los ricos la gente del lujo frugal, ha sido el apoyo de la comunidad. Cuando eres más listo que el 99% de tus vecinos en una forma que los intimida, tenderás a perder invitaciones a las noches semanales de póker.

Pero ahora los tiempos están cambiando. La Nación Mostacha ha nacido. Da una mirada a los comentarios sobre estos artículos en el foro. Estas son personas reales, decenas de miles de ellos, quienes se han colectado aquí en un blog de menos de un año sin anuncios ni promoción. Estas personas ya estaban afuera, y el número crece todos los días cuanta más gente ve la luz.

Una gran cosa acerca de la frugalidad es que te sigue permitiendo mostrarte en una hilarante manera social. En los días pasados, los ejecutivos en el club de golf sentían camaradería mientras mostraban sus Rolex y BMW’s y palos de golf de titanio de miles de dólares. La naturaleza de estos productos no era en realidad hacer la situación divertida, era un hecho que ellos se sentían más cercanos cuando bromeaban acerca de las últimas adquisiciones.

Cuando los mostachanos se reúnen, muestran cómo modificaron sus camionetas de 30 años para trabajar más duro  que las nuevas mientras queman menos gasolina. Ellos llevan sus radios hechos en casa al campamento y  comparten historias y consejos de cómo fueron hechos usando únicamente materiales sobrantes. Discuten estrategias para alimentar a una familia al pico de nutrición y sabor, por menos de un dólar por persona por comida. Y en lugar de competir por consumir más, esta gente de hecho tiene algo más de qué enorgullecerse —ellos descubren el camino necesario hacia una vida sustentable para cada uno. Eventualmente, todos los seres humanos deberán aprender a vivir con lo que el planeta puede regenerar cada año. Cuando usas más que eso, estás robando recursos a tus propios hijos y al resto de la gente con la que compartes el planeta. No debes sentir culpa por esto… pero siéntete bien cuando pares de hacerlo.
La apreciación de nuestro señorío aún es escasa, pero está creciendo. Si adoptas un estilo de vida frugal, puede que tengas que soportar algunas tonterías equivocadas de consumidores despistados a tu rededor. Recibo muchas de ellas de los lectores del MSN en enero, pero nadie me ha molestado tanto en la vida real. Aunque también te encontrarás con que comienzas a recibir algunas miradas de envidia y respeto de otras personas por tus habilidades de frugalidad. Eventualmente, justo como los financieros de 21 años de BMW consiguen respeto en un Spring Break hoy, a su debido tiempo te convertirás en un héroe en tu propia comunidad por hacer lo que es correcto.

Pero irónicamente, las mismas habilidades que te hicieron llegar ahí, significan que no darás una mierda por lo que ellos estén pensando.

Adelante, mis frugales y admirados amigos!!

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